No cuanto mas apriete mas cura, aunque a veces duela, pero hay otras que no.
No tenemos que clavar los dedos de acero, aunque a veces lo elijamos, pero otras parecemos hundirnos un pelín mas profundo que la piel.
No hay por qué embadurnarte de crema, aunque a veces tu cuerpo lo pida, y otras veces hueles las almendras o “la crema del dolor” cuando lleva el bote meses en la estantería.
Pueden venir bien los ejercicios o preferir que desconectes un poco y no te cargues con mas cosas por ahora.
Aguja y un pointer o presionar el punto y esperar a que tu tejido responda.
Hay mil formas de llegar al mismo punto, a la mejoría.
Lo importante es explicarte cuáles son los caminos, y dejar que elijas tú, porque tú eres quien tienes que llegar, nosotros solo te acompañamos.
Si no sabes ningún camino aún, podemos buscarlo juntos.